jueves, 10 de abril de 2008

ALGUNAS PROPOSICIONES PROGRAMATICAS.


Introducción.

Se proponen en la primera parte, algunos enunciados generales y algunas premisas que son condición o metas de mediano plazo, considerados necesarios como marco estratégico desde el cual desprender configuraciones mas concretas en el terreno de lo contingente.


Quizás no este demás recordar, que –desde el punto de vista de estructuración orgánica y la influencia nacional-, partimos casi de cero. Tenemos como pasivo, un pueblo que sufre de prolongada explotación, marginación política y manipulación ideológico-mediática, estudiada con refinada perversión.

Como activo solamente, el legado histórico de sus luchas y el potencial irrenunciable a la aspiración a una sociedad igualitaria y justa, que recupere la historia y la soberanía popular, interrumpida por la dictadura de generales y empresarios.

Es precisamente la dinámica de esa fuerza potencial, -que hoy esta presente en la insatisfacción de millones de chilenos aislados y dispersos-, la que nos plantea el imperativo ético, de la construcción colectiva, de un nuevo instrumento político unitario, para convocar a todos aquellos chilenos que por distintas razones, no nos sentimos representados por los resultados de este modelo de capitalismo salvaje, ni por la forma cupular y excluyente con que lo administran y operan sus actores políticos desde el poder.

1.- Proponemos un modelo alternativo de desarrollo nacional, democrático multi-sectorial de desarrollo armónico, (no solo de crecimiento de un sector), y cuyos frutos sean compartidos por el conjunto de la sociedad chilena en forma equitativa y justa.

2.- Revisar las concesiones mineras y proponer la re-nacionalización de todos nuestros recursos naturales, (incluida el agua) estableciendo constitucionalmente, que dichos recursos pertenecen a todos los chilenos y son inembargables e intransferibles. Así mismo revisar concesiones (mineras, pesqueras etc.).Como también los T.L.C., considerados asimétricos y/o lesivos al interés nacional.

3.- Proponemos también, una Asamblea Constituyente, que redacte una nueva Constitución moderna y de generación democrática; incluyendo la revocación y el plebiscito (en casos calificados), como ejercicio legítimo de la soberanía popular.

4.-Derogación del Sistema Binominal y su reemplazo por un sistema representativo y proporcional

PREMISA 1.-

La primera tarea - si nos proponemos remontar -la fortificada montaña del poder establecido- será constituirnos en una fuerza social y política real.

La fuerza potencial y dispersa está: y nuestra tarea será unir y poner su dinámica en movimiento, situándonos como instrumento de representación entre lo múltiple reivindicativo primario, particular y disperso, y la síntesis más alta y general de la dimensión política que nos remite a cuestionar la esencia del modelo opresor en su conjunto.

PREMISA 2.-

Abrir debate nacional, no solo por cambios económicos, y/o políticos, sino también por valores éticos y culturales, impugnando la necesidad del modelo, de crear sujetos funcionales, indiferentes a la explotación y el sufrimiento de otros, consumistas, a-críticos, competitivos, y pragmáticos, vaciados de todo marco de valores, que no sea la ostentación de símbolos de riqueza, -cualquiera sea la forma de adquirirlas- y ajenos a toda dimensión social solidaria, altruista, o utópica (en el sentido de ser capaces de imaginar sociedades sustentables, justas, democráticas y felices. No podemos aceptar que este tipo de sociedades se generalicen y consoliden ni en Chile, América Latina ni en el mundo. Ni menos , que nuestros hijos sean un “producto” más de esta deshumanización mercantil.

Un nuevo Estado para una nueva sociedad.

Transformado hoy en un instrumento funcional a los intereses del capital financiero y de las grandes empresas Nacionales y Transnacionales, el Estado deberá –de acuerdo a nuestra visión-, sufrir transformaciones radicales.

En primer lugar deberá ser la “Locomotora” de un proyecto País de desarrollo económico nacional, sustentable y equilibrado, que privilegie la apertura y complementación natural, con los Países de área. Tendrá por tanto, que reasumir las múltiples funciones propias de un Estado democrático y su compromiso con el bien común, el progreso del conjunto social, el desarrollo pacífico y fraternal con los pueblos hermanos de América Latina, la preservación de la naturaleza y los equilibrios medio ambientales.

De las funciones del Estado que proponemos.-

A.-Funciones de regulación y control económico.

Sabemos – (aunque no sea más que por la experiencia de los últimos 34 años)- que el lesser-faire o la llamada “mano invisible” que regularía el mercado capitalista, no funciona.

Los sujetos privados, como agentes realizadores de la ganancia, atrapados por la lógica del capital, se ven compelidos a competir entre si, teniendo la doble consecuencia que vivimos a diario; -por un lado-, la necesidad inherente al sistema de maximizar sus ganancias, explotando al máximo a sus empleados y trabajadores asalariados, y -por otro-, la monopolización y concentración física de la riqueza (principalmente hoy) bajo la forma de capital financiero. Ambas condiciones sin control público y sin canales plenamente democráticos de expresión, por parte de la sociedad civil, han demostrado en Chile --como en todo el mundo- que son nefastas; no solo por la exclusión y la pobreza, cuya impronta van dejando a su paso por doquier; sino también, por el daño infringido a los equilibrios medio ambientales, el agotamiento energético, la depredación de la flora y fauna etc.,etc.,cuyos “productos” calentamiento global, cambios climáticos, guerras imperiales por insumos energéticos etc., nos tienen al borde de una hecatombe mundial.

B.-Función re-distributiva.

-Un Estado con voluntad democrática, tiene todo un arsenal de herramientas para modular la distribución del ingreso: tipo de cambio, políticas tributarias diferenciadas -según tramos de ingreso- , contratos y/o concesiones que reviertan en provecho de la sociedad en su conjunto, (como: anclaje tecnológico, prospecciones etc.)

-Inversiones previsibles o necesarias –por su escala-, de capital extranjero; estableciendo nuevas condiciones al trato del capital extranjero, de acuerdo a los estándares internacionales aceptados como un derecho universal : encaje, pagos por el uso de recursos naturales; (distinto de los tributos y no un suplemento tributario sobre un tope de ganancias como hoy).

-Subvenciones o impuestos diferidos a sectores sociales y/o productivos que se desee estimular.

Prestaciones gratuitas de salud, educación, previsión etc., etc. Cualquiera de ellos son mecanismos de redistribución, cuando un Estado asume deberes y funciones propias de un Estado involucrado en un desarrollo nacional equitativo, (y no un Estado subsidiario -entre comillas- del actual modelo), pues es muy “interventor” y salva- vidas, cuando se trata de arreglar los “entuertos, latrocinios, y fracasos del capital privado. El Estado –que proponemos-, puede y debe intervenir y controlar aquella parte de la economía considerada como estratégica para el desarrollo del País y el bien común. No obstante, como sabemos, nada de aquello será posible ni concebible dentro del marco del modelo actual.

C-Funciones de fomento y desarrollo.

Como está dicho; el Estado deberá proponer e impulsar planes de desarrollo sectorial diversificados y armónicos, tanto en relación al sector exportador, como también arbitrar los mecanismos del fortalecimiento del mercado interno, privilegiando el intercambio y cooperación con los Países del área, que permitan superar la peligrosa dependencia de los comodities, o en general, del sector externo (hoy tenemos el ejemplo de cómo; una crisis mundial o la caída del dólar, puede afectar severamente el azaroso ”facilismo” de algunas exportaciones primarias: (pequeños empresarios exportadores, agricultura etc.). Además no hay proyecciones de planificación y desarrollo para un futuro agotamiento de las reservas de Cobre o una caída de los precios del mercado internacional. Por tanto, creemos que ha llegado la hora de comenzar la segunda etapa de industrialización moderna y sofisticada agregando valor y tecnología a nuestras exportaciones y concomitantemente con ello, fortalecer el empleo y el mercado interno.

D.-Investigación científico-tecnológica.

Propugnamos también, un Estado que aumente substancialmente el presupuesto en la investigación científica y tecnológica, promoviendo convenios mixtos de investigación con Universidades nacionales y/o internacionales, que nos permitan crear tecnología autóctona y ambientada a la utilización sustentable de nuestros propios recursos y en concordancia con nuestras necesidades de desarrollo. Así mismo, impulsar planes de desarrollo inéditos, imaginativos y sustentables, invirtiendo (y obligando como norma también a los privados) en el desarrollo de fuentes energéticas limpias y renovables; como eólica, geotérmica, solar e hídricas; siempre y cuando se resguarde el impacto ambiental y social sobre el paisaje humano y geográfico del entorno. Y así –de paso- quizás en algunos años… podamos recuperar también el prestigio y el lugar de vanguardia que siempre tuvo nuestro País y nuestras Universidades en el concierto latino americano, y mundial.

E.-Educación.- Tema decisivo de futuro..

Sabemos que la mundialización de los mercados, el progreso de la tecnología y las comunicaciones, han puesto a la inteligencia y el conocimiento como factores determinantes en el mundo moderno. Tanto es así, que dependerá de las transformaciones acuciantes que será necesario emprender en la educación, la investigación y el desarrollo tecnológico, el rol que jugaremos como País y como Región en el presente Siglo; si vamos a querer jugar un papel rector, de bloque potente, desarrollado, soberano e independiente, integrándonos y complementándonos como naciones ricas en recursos naturales, con historia, raza, cultura e idioma comunes y de gran potencial y proyección de futuro, como Bloque integrado a la Región; o vamos a hundirnos definitivamente en lo que hasta aquí hemos sido; “venas abiertas” para la exacción de nuestros recursos naturales, patio trasero de los Países desarrollados, basurero de desechos peligrosos (atómicos) o espectadores pasivos de la destrucción del medio ambiente y el cambio climático.

Ahora en lo tocante al sistema educacional, tenemos hoy un enorme tramo que remontar; porque nunca en la historia de Chile había existido una brecha tan grande entre la educación para ricos y la educción para pobres, nunca había sido tan discriminatoria y elitista, nunca tan cerrados todos los espacios posibles como vehículo de movilidad social como la actual, creando verdaderas castas o compartimentos estancos entre: una educación de excelencia con computadores, Internet profesores muy bien pagados, canchas e instalaciones deportivas edificios modernos y confortables, bien alimentados y vestidos adecuadamente. Del otro lado, profesores mal remunerados, infraestructura miserable y sórdida, mal alimentados y vestidos, sin oportunidades, sin perspectivas claras de futuro laboral y profesional.

No es de admirarse entonces que hoy, la educación chilena está muy lejos de cumplir con los parámetros mínimos en Matemática o comprensión de lectura, que son simples ejemplos de un sistema global inviable y que hace agua por todos sus flancos.

El derivar a los privados (sostenedores y Municipalidades) tanto la responsabilidad de la educación como la administración de los subsidios públicos, ha transformado la educación en un mercado persa, no solo ineficiente y discriminadora, sino también fuente de lucro, corrupción, negociados y descontrol académico y curricular que no garantiza a los estudiantes ni a los padres que invierten esfuerzos y dinero respectivamente; una inserción en el mercado laboral. Pues aún la supuesta “acreditación” es otro negocio, sujeto a influencias y lobbies, que ya ha sido denunciado en los medios.

Por ello ya es hora que la sociedad civil en su conjunto tome conciencia de la dimensión del problema educación y exija al Estado que retome definitivamente el control efectivo del sistema educacional.

1.- Restaurando un sistema de educación pública: de excelencia, gratuito, no discriminatorio (sin fines de lucro como el actual) y que permita aprovechar racionalmente -en beneficio del País-, el fluir de todas las inteligencias, capacidades y talentos sin importar su cuna o su dinero.

2.-Administrado por una Superintendencia responsable, idónea y transparente, con datos contables informáticos, permanentemente disponibles y auditables en los medios. A fin de que todos los chilenos podamos disponer de información adecuada, no solo contable, sino también, de orientación técnico-científica, académica y curricular acerca de planes de investigación, becas y en general las ofertas profesionales, y su proyección de inserción, en el futuro mercado laboral a su egreso.

3.-Esto, sin perjuicio de la existencia de un sistema paralelo de Educación privada. No obstante, deberá ser también rol del Estado; acreditar, homologar y controlar la educación privada a través de esta Superintendencia, de manera tal, que impida el egreso sin control, de profesionales que no cumplan los parámetros curriculares y/o de excelencia profesional mínimos, establecidos por el País en su conjunto, para la formación pública. Esto mismo, será valido también para los estudios de post-grados, -en igual forma- para la evaluación internacional de Títulos y grados académicos extranjeros.

F.- De las fuerzas armadas.

Sabemos que las fuerzas armadas y de orden siempre han estado del lado de los poderosos, y a menudo (es cuestión de una somera mirada a la historia) han transgredido la concesión que les hace la sociedad civil, del monopolio del uso de las armas, volviéndolas contra sus propios compatriotas.

Es por ello, que además de llamarles a reflexionar acerca de este tema; preferimos anteponer al concepto de subordinación al poder civil, el de integración a los planes de desarrollo nacional. Las fuerzas armadas por su organización disciplina e infraestructura, pueden desarrollar, (además de las tareas propias de la defensa, en una era paz), un papel mucho más proactivo, en los planes de integración y desarrollo nacional: como su incorporación, al ámbito de los intereses geo-políticos científico- tecnológico de gran utilidad para nuestro País. Así investigaciones geológicas, atmosféricas, oceanográficos, derretimiento de glaciares y hielos antárticos y sus consecuencias en los cambios climáticos (como el calentamiento global), integración a la comunidad científica espacial, preservación de la flora fauna y nuestros recursos naturales no renovables etc., etc. Esta sería realmente una buena instancia de integración cívico-militar y la mejor defensa de la soberanía nacional, cuyo concepto amplio y moderno, (no se agota con bravuconadas bélicas teledirigidas contra los países hermanos, ni con onerosas carreras armamentistas), sino -sobre todo-, salvaguardando el patrimonio y la dignidad nacional. Eso constituye el legado que entregaremos a las futuras generaciones. Y estas acciones solidarias, llenarían -tanto a las actuales como a las futuras generaciones-, de fraternal orgullo y auténtico respeto por nuestras fuerzas armadas.

G.- De la necesidad de una nueva Constitución y la derogación del sistema Binominal.

Como dije al comienzo habrá que constituirse en una fuerza social de mucho peso, y un consenso de unidad muy amplio, para lograr derogar una Constitución entronizada por la dictadura y –desgraciadamente- asumida por la Concertación, para ser irreformable e inexpugnable.

Por lo tanto – reiteramos-, tenemos que proponer una Constituyente que redacte una nueva Constitución moderna y de generación democrática, que incluya la revocación y la institución del Plebiscito como muestra de lo que sería, una consecuente restauración de la soberanía popular y de su cualidad verdaderamente democrática. Así mismo, la derogación del actual sistema Binominal; nefasto instrumento que impide la expresión de la voluntad popular y sobre-representa las minorías que mientras exista, eternizará el modelo creado por la dictadura. Pero desgraciadamente, hay que consignarlo aquí, también prohijado por la Concertación, cuyos Senadores y diputados no se atreven a tomar el riesgo de enfrentar el veredicto popular, de un régimen plenamente democrático.

No obstante el conjunto de ideas expuestas, constituyen puntos de referencia de mediano plazo importantes de tener presentes , como un pequeño marco estratégico para no perdernos en la inmediatez del enfrentamiento contingente, en el cual estamos inmersos, lo que -a menudo-, deforma y reduce nuestra visión perdiendo la necesaria conexión de sentido en el cual, todo paso coyuntural –aún el mas pequeño-, debe estar inscrito dentro del marco mas general de los fines estratégicos.

Hoy enfrentamos un a formación social real y concreta que será el punto de partida de una larga marcha, hacia la construcción de un amplio frente social y político.

La contingencia.-

Asistimos hoy a un cuadro de crisis política que cruza todos los partidos, tanto de la Concertación como de la Oposición (con excepción de Renovación Nacional que cierra filas tras su candidato, que hasta aquí, se le ve con grandes posibilidades de ser Presidente el año 2010) y que se manifiesta en la descomposición y el quiebre de los partidos, la pobreza de los debates, la ausencia de proyectos políticos o económicos de País etc., sus cuitas se reducen hoy, a luchas de poder e influencia entre fracciones o caudillos o en defensa de episodios de corrupción, expulsiones, automarginaciones etc., Pero no por discrepancias de principios o por consideraciones de interés nacional o escrúpulos de conciencia –como a menudo se esgrime-; sino buscando todo tipo de artilugios y formas oblicuas de saltar a tiempo de este anuncio de naufragio y mantenerse en situaciones de poder y privilegios.

No obstante, el rango de la crisis chilena, encuentra su explicación en el marco más amplio de la interpenetración y dependencia de nuestra economía, a la economía mundial. Así, la actual crisis financiera que afecta a la economía norteamericana, y que inicia un nuevo ciclo de contagio recesivo en toda la economía capitalista mundial, naturalmente incide, como una de las variables externas de la actual crisis de la economía chilena; y en ello se alinean: el alto precio de los combustibles, la caída del Dólar el alto grado de endeudamiento de la economía norteamericana etc., Pero también internas; como la sequía, el alto costo de la energía, la inflación y la consecuente repercusión en el costo de la vida de las capas mas pobres etc., son un conjunto de factores que estallan al interior del Gobierno, como crisis política y económica y que muestra los límites de un modelo -como el chileno- indiscriminadamente abierto y sin ningún resguardo en su articulación y dependencia del mercado Mundial y -de paso- demudan el carácter neoliberal de sus administradores concertacionistas, quienes; en lugar de buscar una salida popular y democrática -que marcaría un nuevo rumbo de esperanza para la sociedad chilena-, prefieren quedarse en medio de la nada, impotentes y desconcertados viendo como el poder se les escapa de las manos. Una apertura democrática no ha figurado jamás en la agenda oficial, dado que significaría “quemar lo que han adorado” y la subsecuente ruptura del Modelo. Por tanto, se prefiere aceptar implícitamente la alternancia, entregando el poder al arbitrio de la derecha y con ello –de paso-, no traicionar la lealtad a los compromisos adquiridos en hora temprana, con lo obrado por la dictadura, su carácter de paradigma y pivote del capital transnacional y nacional y su articulación a los planes e intereses políticos y económicos del capital Norteamericanos en

domingo, 20 de enero de 2008

A construir un nuevo Movimiento para la Democracia y la Justicia Social.

Hacia un Chile democrático, solidario, justo y sustentable

Por una Nueva Mayoría ciudadana y popular

A construir un nuevo Movimiento para la Democracia y la Justicia Social.

Amigos y Amigas; Compañeros y Compañeras:

Estamos hoy aquí para invitarlos a iniciar un camino, para que juntos avancemos en la senda de la unidad y la construcción, como tantas veces en nuestra historia lo ha sabido hacer el pueblo: sin mezquindades, sin otra aspiración que la felicidad colectiva, la realización humana, la participación democrática y la superación de las condiciones de vida de nuestro pueblo. Un camino en el que nadie sobra y que se construirá en un proceso vivo, dinámico, de lucha social y permanente debate, fraternal y democrático.

Somos chilenos y chilenas pertenecientes a diversas organizaciones sociales y fuerzas políticas, de distintas matrices ideológicas y corrientes del pensamiento alternativo. Hombres y mujeres de izquierda, independientes, autonomistas, chilenas y chilenos que hemos acordado responder y dar cuenta del clamor por la unidad que surge en los espacios sociales y hacer un llamado a construir un Nuevo Movimiento para la Democracia y la Justicia social, que retome la senda histórica del protagonismo político de las mayorías. Esa senda, ya recorrida en la resistencia inicial al conquistador español por Lautaro, Guacolda, Caupolicán y Galvarino; que más tarde se expresó en las guerras de la Independencia con Bolívar, Artigas, Rodríguez, Carrera y O’Higgins, pero principalmente por el pueblo, que puso por delante sus ansias de libertad ante la opresión española; encarnada en las grandes luchas del siglo XX forjadas por Luis Emilio Recabarren, que ensanchó los espacios democráticos con Pedro Aguirre Cerda, y permitió el triunfo del proyecto de la Unidad Popular encabezado por el Presidente Salvador Allende en 1970 y, que tras su derrocamiento, se hizo carne en la resistencia antidictatorial de millones de ciudadanos hasta principios de la década de los 90.

Tenemos la profunda convicción de que para cambiar el actual modelo y avanzar en la construcción de un país justo, solidario y democrático, necesitamos poner nuevamente a prueba nuestra capacidad creadora, inventar y desarrollar nuevas formas de trabajo social y político, que respeten la autonomía de las organizaciones sociales y no las instrumentalicen con fines partidistas, recuperando lo mejor de la histórica lucha de nuestro pueblo, restituyendo el ejercicio protagónico de la política para las mayorías y ampliando los espacios y formas de participación de miles de chilenas y chilenos, de hombres y mujeres, de jóvenes, adultos y adultos mayores, con quienes compartimos los mismos anhelos de una sociedad distinta, inclusiva, solidaria, diversa y democrática.

Cuando el mundo entero, y de manera extrema nuestro país, vive bajo el predominio del gran capital transnacional y financiero, que impone sus intereses contra los derechos de la mayor parte de la humanidad, haciendo incluso peligrar la preservación de la misma, se hace urgente que los chilenos superemos la frustración y el desencanto generados por los gobiernos de la Concertación, para comenzar a forjar un futuro distinto, en el que la felicidad y la dignidad de todos sea el esfuerzo, el sentido, el fin principal de la acción política y social.

Somos muchos los chilenos que pensamos que no es posible continuar soportando un modelo que resulta tremendamente injusto desde sus mismas bases, que nos impone una democracia limitada, que depreda nuestras riquezas naturales dando la espalda a la conservación medioambiental; que entrega dos tercios de la producción del cobre a las transnacionales; que ha convertido los derechos básicos, como la salud, la educación, la vivienda, la previsión y la cultura en fuente de lucro de unos pocos.

Somos muchos los chilenos que consideramos inaceptable la desvergonzada inequidad en la distribución del ingreso; que no aceptamos ni aceptaremos que la mayoría de los trabajadores reciba una remuneración inferior a $216.000; que una cantidad enorme de chilenos sobrevivan endeudados en más de siete veces su sueldo; que casi un millón de mujeres trabajen sin previsión ni salud; que seis millones de trabajadores no tengan derecho a negociar colectivamente; que casi la mitad de nuestros jóvenes de hogares más pobres no tengan ninguna posibilidad de trabajo; que sean todavía miles los que carecen de una vivienda digna donde hacer realidad sus sueños, convertidos en pesadilla por las deudas habitacionales; que millones de chilenos no tengan derecho a una efectiva representación y participación política, que han pasado a manos de una casta del poder construida por la derecha y las cúpulas de la Concertación durante estos últimos 17 años.

Tenemos que construir un Chile distinto entre todas y todos. En esta dirección los invitamos a construir este movimiento político-social independiente, que irrumpe en la vida nacional con espíritu unitario y constructivo, abriendo espacios al desarrollo de una nueva mayoría democrática capaz de recuperar para Chile su soberanía, su historia, sus recursos naturales y reconociendo en el pueblo a un activo sujeto social constructor de su propio destino.

Un Chile que se encuentre con las raíces que compartimos con los pueblos latinoamericanos, hermanándonos con sus luchas y sus esperanzas, hoy más vivas que nunca en los procesos de búsqueda de nuevos proyectos de desarrollo, que piensen el mundo desde nuestras propias realidades regionales, de la mano de la creatividad popular y la herencia histórica; procesos que surgen, no por casualidad, precisamente en momentos en que los EE.UU. y su política hegemonizante y neocolonialista prácticamente no conoce contrapeso, y opone el discurso guerrerista y la intervención militar a los intentos de soberanía que emergen desde los pueblos.

Un Chile en que las mayorías desplazadas de la acción pública recuperen la política, renueven sus formas, la saquen de los cerrados pasillos donde las elites toman decisiones cupulares y pongan las instituciones de la patria al servicio de sus necesidades y de un nuevo proyecto de país y sociedad, que represente los anhelos y necesidades de todos los que aspiramos a un Chile más humano, más amable, ambientalmente sustentable, solidario, con participación real y justicia social. Un Chile que logre, colectivamente, la democratización del Estado y la sociedad.

Para ello invitamos a los trabajadores y pobladores, a las mujeres y jóvenes, a los estudiantes, a los pueblos originarios, a los profesionales, intelectuales y artistas, a los adultos mayores, al Chile diverso y plural, a integrarse y formar parte de este proceso, que debe dar como resultado la conformación de este nuevo Movimiento, que buscará aportar en la tarea de hacer realidad una nueva mayoría democrática, popular y soberana para Chile.

Un Movimiento para democratizar la sociedad, para luchar por una Asamblea Constituyente que genere una nueva Constitución Política, que garantice la participación y la representación de todas y todos; el respeto pleno de los derechos humanos, económicos, sociales, laborales, culturales y ambientales; que asegure el control social sobre las autoridades electas; que cautele el interés de Chile y la soberanía sobre nuestras riquezas básicas y que nos coloque, en el plano internacional, actuando con plena independencia de los poderes económicos, financieros y militares que hoy dominan al mundo. Un movimiento que defina lineamientos económicos que prioricen el bienestar de las mayorías y la distribución equitativa de la riqueza, por sobre la mantención de la exclusión política y la concentración y centralización del poder económico que hoy predomina.

Un Movimiento que luche para que en Chile los frutos del trabajo, la creatividad y la inteligencia se distribuyan con justicia y en
beneficio de todos los chilenos
. Con salarios justos y estabilidad en el empleo; pensiones dignas para nuestros jubilados; cobertura de servicios, salud, vivienda y educación de calidad para todos, todos anhelos alcanzables con los enormes recursos y riquezas naturales que posee nuestra tierra, pero que actualmente nos son enajenados por las transnacionales y el poder financiero.

Un Movimiento que ponga en el debate el rol y el carácter del Estado, un Estado que anhelamos democrático y que debe garantizar los derechos de la infancia y una vida segura para todos y todas; que establezca el derecho al descanso, al tiempo libre, a la recreación y a la cultura; que levante las banderas del respeto integral a la diversidad, que asegure los derechos sexuales y reproductivos, la no discriminación y la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres; Un Estado que abandone la justicia “en la medida de lo posible”, castigando a los autores de violaciones a los DD.HH. y dando efectiva reparación a las víctimas.

Un Movimiento que luche por garantizar la sustentabilidad del modelo de desarrollo y el respeto a los equilibrios ambientales que deben ser la base de éste, y que asuma la responsabilidad con el futuro del planeta y de la especie humana.

Un Movimiento que bregue por hacer realidad la participación efectiva de la ciudadanía, por una verdadera descentralización que asegure recursos para el desarrollo regional, el reconocimiento de los pueblos originarios y sus derechos.

Un Movimiento que opine, que participe activamente en toda reivindicación social, que colabore en el avance hacia ese nuevo Chile que soñamos: un Chile más humano, más solidario y con mayor bienestar, un Chile que haga posible la felicidad de sus habitantes, y que sea generado desde la base social, con el protagonismo central de todos sus actores.

Un proyecto de cambio sin participación es inviable. Son los hombres y mujeres del Chile del Bicentenario los llamados a encarnar esta voluntad de avanzar, los llamados a impulsar nuevamente un proyecto político y social abierto a la integración de todos los demócratas, sin distinción, con igualdad de derechos y oportunidades para participar en sus definiciones políticas, programáticas y orgánicas, que esperamos desarrollar y discutir en la Asamblea Fundacional del Movimiento, que realizaremos durante el primer semestre del próximo año y que debe contar con la más amplia y plural representación de todos los chilenos y chilenas de dentro y fuera del territorio.

Es posible transformar, entre todas y todos, la mezquina realidad que nos imponen las cifras de los tecnócratas y las componendas de la clase política. Es posible mejorar las condiciones de vida de todos nuestros compatriotas. Es posible pensar, luchar y construir un país de mujeres y hombres felices, que tomen el presente en sus manos para convertirlo en un mejor futuro para todas y todos.

¡Hacia una Nueva Mayoría ciudadana, nacional y popular!

¡A construir un nuevo Movimiento para la Democracia y la Justicia social!

10 de Diciembre del 2007